Contra los escritores se llevó a cabo el 16 de agosto de 2016 en el Teatro del Globo, con entrada libre y gratuita. Fue un evento cultural con formato televisivo, es decir: una serie de juegos sobre escenario con invitados del ámbito de la farándula y la cultura, que buscó difundir la vida y la obra del escritor polaco Witold Gombrowicz.
Estuvo conducido por Patricio Barton (“La venganza será terrible”) y Maru Drozd (FM Blue), y contó con la participación de Gonzalo Heredia, Felipe Pigna, Diego Golombek, Diego Frenkel, Dalia Gutmann, Rep, Eugenia Zicavo, José María Muscari, Reynaldo Sietecase, Víctor Hugo Morales, Gabriel Goity, Paola Barrientos, Hernán Casciari, Elsa Drucaroff, Samanta Schweblin, Adolfo Stambulsky, Héctor Larrea, Tom Lupo, Pablo Picotto, Javier Medina y Enzo Maqueira.
Además de los distintos juegos que dieron cuerpo al evento, hubo una performance teatral trabajada a partir de Ferdydurke, primera novela del escritor polaco, y una instalación con caretas de Gombrowicz para que el público se sacara selfies y las subiera a internet –de esta forma aumentamos la interacción en redes, que fue muy nutrida.
Es importante destacar que el evento estuvo pensado para ser accesible: desde un principio contamos con que entre el público, e incluso entre los invitados, hubiera gente que no conociera la literatura gombrowicziana. Gombrowicz es considerado por muchos un escritor de culto, difícil, poco accesible. Desde el colectivo Congreso Gombrowicz trabajamos para que esto cambie. Entendemos que las lecturas críticas, académicas o especializadas, que en buena medida concentran actualmente el patrimonio de lo gombrowicziano, no son las únicas posibles. Y que, en todo caso, los mecanismos de lectura e interpretación siempre se pueden reelaborar y expandir.
A partir de la campaña Echemos a Gombrowicz a la calle, que se inició en 2015 como una continuación de las actividades del I Congreso Internacional Witold Gombrowicz, nos proponemos que este autor sea más leído, más conocido y reconocible y, por lo tanto, más discutido. En ese sentido, buscamos que proyectos como Contra los escritores sean masivos desde la primer instancia de organización, como una forma de asegurar, si no la masividad, sí la accesibilidad. Y esta búsqueda no solo apunta a ampliar la difusión de la obra gombrowicziana. También es una propuesta lúdica, una vuelta de tuerca al programa conceptual del escritor polaco. Gombrowicz dijo de sí mismo que era noble y de la literatura que es esencialmente aristocrática. Yo no sé quién soy, pero sufro cuando me deforman, escribió. En sus libros preparó los prólogos y muchas veces, como en El casamiento, el resto de los paratextos, y dejó así asentada su preocupación por la interpretación de su obra, que es tan indisociable de su vida.
Con propuestas como Contra los escritores buscamos deformar al escritor de las formas: llevar su vida, su obra y su programa a un teatro y para todo el mundo, estampar su cara en medias coleccionables, inscribir las primeras líneas de su Diario en tazas térmicas para llevar a la calle, al colectivo, al subte, a todos lados.