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Obra en construcción

El impulso que lleva a «Mi primera muestra de arte» es el de la construcción: construir puentes a otro lado, a otras formas de expresión, de disfrute, de recreación. Acá, Leticia Paolantonio, que coordina la muestra y también Arte Andarín, propone un juego para que los chicos comuniquen transformando visualmente.

Acercar a los chicos al arte amplía su mirada. Llevándolos a muestras, mirando libros ilustrados, mostrándoles obras de artistas, podemos jugar a hacernos preguntas, a inventar historias, mientras vamos transmitiéndoles que lo visual no comprende únicamente lo que nos llega de manera pasiva en publicidades, televisión y el enorme mundo comercial de lo infantil, sino que también existen otras cosas. Hay gente que dice pintando, gente que grita amasando, gente que canta con colores. Otras maneras de decir, que ellos tienen a mano para cuando tengan ganas de usar.

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Un juego divertido para hacer con los chicos es tomar una obra (en este yo elegí una de Joan Miró pero sugiero recorrer también la obra de Kandinsky, Xul Solar, Mondrian). Recortar en goma eva (aunque podría ser cartones pintados, cartulinas y hasta madera) algunas de las formas de la obra, ampliadas. No hace falta ser extremadamente exactos y tampoco saber dibujar. Si “no nos sale” podemos ampliar la obra en fotocopiadora y sacar moldes.

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Una vez preparadas, empieza lo verdaderamente divertido. Existen varios juegos posibles, además de dejarlos libremente que manipulen y reordenen las imágenes.

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Como para presentarles dos, uno puede ser buscar en la obra original dónde están cada uno de los pedacitos (un verdadero juego de detectives). Otra opción puede ser jugar a armar cosas que se nos ocurran: seres imaginarios, animales, aviones, trenes, etc. Podemos sacarles fotos y mostrarles cómo quedaron para ver la construcción de manera más global (en casa esta actividad terminó en:  mamá saca foto a hijo,  hijo saca foto a mamá.)


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Lo lindo es que podemos jugar desde los más bebés que sólo van a manipular y explorar las formas, hasta nosotros los adultos. Y comunicarnos de otras maneras, en familia.

Jugar como chicos: el antídoto para combatir el estrés, el miedo y el enojo

«Mi primera muestra de arte» es una instalación para acercar a los chicos a sus primeras experiencias estéticas, pero, en esencia, es un espacio de juego y aprendizaje. Por eso, les dejamos esta entrevista a Fred Donaldson, impulsor del método Original Play referente internacional del juego como herramienta de transformación.

Algunas palabras, según las perspectiva de quien las mire o utilice, adquieren significados muy distintos aunque el contexto o la realidad que tengan enfrente sean exactamente los mismos. Pero cuando se trata del verbo «jugar», en el mundo de Fred Donaldson, la ambigüedad pierde fuerza y se diluye enseguida.

Para este californiano, de casi 30 años de experiencia en el tema, hablar del juego como un espacio exclusivo de los chicos y como un mero recuerdo de la infancia de los grandes (que evocan cuando ofician de padres, hermanos o tíos), no tiene cabida. Y así lo deja traslucir, casi a modo de cruzada, apenas expone los beneficios que trae recuperarlo en el día a día, más allá de la edad y los problemas que aparezcan en el camino.

«El juego y el ejercicio de estimular la imaginación generan una variedad de experiencias que pueden transformar y transformarnos -interna y externamente. En este sentido, el entrenamiento promueve la apertura a soluciones originales en todos los ámbitos de la vida, y el reconocimiento del propio proceso creativo y sus alcances», asegura a La Nación el impulsor de Original Play, el método que reúne todo su trabajo, un mes antes de su visita a la Argentina.

Entre sus principales argumentos, el referente internacional en el juego como herramienta de aprendizaje y transformación, plantea que volver a relacionarse con uno mismo y con los otros ayuda a lidiar con el estrés y el miedo (implementó también la técnica en cárceles, con refugiados y personas en situaciones de vulnerabilidad); modificar patrones negativos, como la agresión y el enojo; y promover el respeto y la empatía, en casa y en el trabajo, con los amigos, la familia y la pareja.

En sus charlas y seminarios, que lo llevaron a recorrer Alemania, Austria, Inglaterra, Polonia, Sudáfrica y Estados Unidos, además de sectores vulnerables en El Líbano y Siria, para generar conciencia sobre la importancia de desarrollar esta práctica en la vida cotidiana, sostiene que se puede «aprender a aprender» y a construir confianza y sentido de pertenencia, a partir del cuerpo y de formas de contacto sensible.

-¿Cómo y con qué frecuencia es recomendable fomentar el juego en los niños?

-Como Original Play beneficia el desarrollo cognitivo y también social de los niños, fomento la práctica diaria del juego. Esto es válido tanto para las familias como para las escuelas. Aquí no hay competencia. Eso significa que no hay ganadores ni perdedores, no hay culpables ni errores, y no hay venganza. Los períodos de juego no tienen que ser prolongados, pero deben ser seguros para todos los participantes.

– Dentro de la propuesta y a la hora de impulsar la creatividad, ¿se puede considerar al aburrimiento como un aliado?

-No imagino el aburrimiento en los niños, y tampoco en los adultos. Siempre hay un mundo más para explorar. Lo que supongo es que los niños aburridos son el reflejo de adultos que están aburridos o que aburren. El aburrimiento es con frecuencia un tema de adicción a la excitación. Actualmente es muy común que los chicos sientan que es responsabilidad de los adultos entretenerlos. Cuando esto sucede, los niños pierden su sentido de autoestima y creatividad.

-¿Qué lugar ocupa aquí la tecnología, cuyo uso resulta tan difícil de limitar?

-En primer lugar, es importante comprender que Original Play es un proceso de dar y recibir amor, no una actividad o juego cultural, y tampoco un entretenimiento. Una forma de atraer a los niños es que los adultos dejen de lado sus juguetes tecnológicos y enfoquen su atención en dar y recibir amor de los niños. Los niños no crean la tecnología que les dan los adultos. Las familias pueden tener días de no-tecnología en los que nadie en la familia puede usar dispositivos tecnológicos, y deben compartir, conversar y estar en contacto corporal durante todo el día.

-¿En qué medida es importante que los adultos también recuperen el poder de jugar? ¿Qué provecho puede sacarle a ésto en su vida diaria?

-Los principios del método (confianza, quietud, contacto, pertenencia y amor) pueden efectivamente aplicarse a nuestro mundo adulto. En el mundo empresarial, la educación y el cuidado de la salud, por ejemplo, cuestan caro. Cuanto más un empleado compite en su trabajo, más usa su energía para defensa propia. Y cuanto más energía se use para eso, menos le quedará disponible para la creatividad. Así que la pregunta es si como director ejecutivo quieres pagar a tus empleados para que sean creativos o para que estén estresados. Como dice el biólogo Lipton: «La sencilla verdad es que cuando estás asustado, te atontás más». De hecho, una respuesta de defensa propia permanente inhibe la creación de energía vital. Como padre, abuelo y maestro descubrí que es muy importante crear vínculos de confianza, compasión y creatividad en mi familia y también en el aula.

El arte estimula la creatividad y la madurez en niños y adolescentes

Viridiana Flores y Brenda Friederichsen escribieron para el diario La Opinión acerca del arte durante la infancia y, en diálogo con los artistas Guillermo Castellanos y Esther Sámano, coinciden en que las experiencias estéticas tempranas estimulan la sensibilidad de los chicos no solo en lo que se refiere al arte sino también en los demás aspectos de la vida.

Cualquier actividad artística que realice un niño o adolescente tiene múltiples beneficios como una actitud creadora y transformadora, comenta el ilustrador, creador de libros y contenidos infantiles Guillermo Castellanos (Guadalajara, 1976), mejor conocido como “Memo Plastilina”.

“Tener a niños que se sientan capaces de crear y transformar desde cosas muy simples y además que puedan encontrar en cualquier expresión artística un medio donde ellos puedan decir qué piensan, qué quieren, qué sueñan, con qué están de acuerdo o con qué no”, comparte Castellanos.

Primero podrán decir las cosas con las que conviven cotidianamente y dar la opinión de su pequeño mundo y conforme vayan creciendo lo harán ya con una conciencia colectiva.

“Otro beneficio es el goce que dan las actividades artísticas: un niño que goce del proceso creador, creativo, cualquier disciplina artística, ya lo ganamos porque seguramente lo buscará constantemente, buscará nuevas formas, nuevos materiales y será sensible para admirar lo que otros hacen”, agrega el artista, quien ofrece talleres en la Feria Internacional del Libro FIL Niños y Papirolas.

Castellanos no recibió clases de pintura y dibujo en su niñez y adolescencia y a sus posibilidades copiaba cómics o personajes de las caricaturas que le gustaban. Fue cuando ingresó a la carrera de diseño gráfico donde descubrió el mundo de la plastilina, pues a parte de estudiar, trabajaba en una empresa de fabricación de material didáctico donde ofrecía talleres infantiles para promocionar este elemento maleable.

“Empecé a experimentar, lo que yo iba creando se lo iba presentando a los niños en los talleres, pero donde hice el clic fue cuando vi la respuesta de los niños a la plastilina, es como mágica, los niños pueden pasar horas, se vuelven locos, disfrutan muchísimo trabajar”, cuenta Castellanos.

El ilustrador explica que a cualquier edad pueden adentrarse en el arte, pues nunca es tarde, sin embargo comenta que la edad ideal para ofrecerles opciones artísticas es en la etapa preescolar porque están muy abiertos a recibir formas diferentes, muchas veces a contracorriente con lo que el mundo les ofrece como la programación televisiva y los videojuegos.

Para la pintora Esther Sámano, los niños que tienen contacto con el arte desde temprana edad adquieren una creatividad no sólo para la pintura, sino para otras áreas de su vida.

“Se vuelven más analíticos, más perceptivos y esto, obviamente, les va dando más madurez, les hace dar pasos firmes en la vida”, dijo.

«A través del arte los niños van evolucionando, van nivelando hemisferios y todo esto les va siendo de provecho para su aprendizaje, es una manera de abrirse más a su futura preparación”, agregó la también galerista.

En el primer contacto hay que sondear con el niño cómo es su capacidad de percibir, de plasmar, cómo es hasta su fuerza de manipular.

“Este proceso tiene que ser individualizado, pues la percepción y la capacidad para expresarse tienen una evolución muy particular, no es como en otras disciplinas, donde, por ejemplo, los niños pueden aprender a leer de manera simultánea”, agregó Sámano.

Para lograr buenos resultados, es necesario que los niños se encuentren en un ambiente en el que se sientan cómodos.

Los papás son los primeros responsables de la formación de sus hijos, ya sea que los dejen expresarse con crayones y hojas de papel o dejarlos que ellos exploten su creatividad como lo hace la artista plástica Gabriela Tolentino, pues ella deja que su hija, de cuatro años de edad, intervenga en sus obras.

Prejuicio inocuo, es uno de los cuadros que me gustan mucho porque el fondo lo pintó mi hija, son sus manchas, entonces me agrada mucho el poder trabajar con ella, es el primer lienzo grande, metió carboncillo, mixtas, yo no meto el color tan puro y ella sí, ella le vale y a mí me gustó mucho porque eso me ayudó a dar un pequeño salto en el color, ya los firma con una A, es Ana Constanza, ya he vendido algunos con su firma porque ya está poniendo el fondo”, platica Tolentino.

Ana Paula García, encargada de cursos de desarrollo de habilidades para niños en edad escolar, recomienda que desde los 2 años de edad comiencen a realizar actividades artísticas, pero a la edad que más les marca a los niños es a los 9 años.

“[A esa edad, a los 9 años] desarrollan la creatividad, recuerdan siempre lo que hacen, les ayuda muchísimo para otras actividades. También a desarrollar la paciencia, a hacer las cosas bien hechas desde el principio, el manejo del color, sentirse libres de hacer algo espontáneo, es muy útil, si lo manejan desde chicos lo van a seguir haciendo”, platica.

Así que no pierdas tiempo, porque como dicen los expertos: aunque mientras más temprano mejor, nunca es tarde para iniciar alguna actividad artística.

Mil ojos que ven

Abrimos hoy «Mi primera muestra de arte», organizada por Grupo Heterónimos, producida por UnaBrecha y dirigida por Arte Andarín. Leticia Paolantonio, coordinadora de Arte Andarín y de «Mi primera muestra», invita desde el blog Emma y Rob a jugar con colores y sensaciones, y a ver las cosas desde otro lugar. Mirá.

Creo que uno de los aspectos más que me apasionan de lo que produce el arte en los chicos (y obviamente también en los grandes), es que, después de un tiempo de hacer actividades, ellos mismos empiezan a  poner en palabras esto de que las cosas pueden ser vistas de distintas maneras.

Y actividades como ésta suelen ser ideales  para reforzar éste concepto.  Si miro a través de un filtro, todo se ve completamente diferente. Y si tengo muchos filtros, las cosas cambian una y otra vez.

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Estos catalejos están hechos con tubos de cartón, a los que les pegué en un extremo diferentes materiales translúcidos: celofanes, tules con bordados, nylon arrugados.

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Después para ponerlos más lindos, les hice cartapesta con papel barrilete. Para el que nunca hizo: preparás cola vinílica con agua, le pasás al catalejo con un pincel y pegás los papeles que te gusten. Al finalizar, volvés a pasar cola vinílica y quedan como barnizado. ¡Muy hermosos!

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Los semilleros del arte

Mañana arrancamos con «Mi primera muestra de arte«, que, con entrada libre y gratuita, va a estar abierta hasta el 31 de julio para chicos de seis meses a cinco años. Hoy, les dejamos esta nota de Camila Reveco sobre el arte y la estimulación temprana.

El arte siempre ha estado en el comienzo de nuestra existencia. Nació como una actividad inherente al ser humano y con el tiempo aparecieron los maestros, los profesores de arte, los orientadores… ¿Por qué será importante estimular a los más niños a través del arte?

En charla con Cultura, Claudio Escobar, Pedro Contreras y Mariano Mercado nos cuentan detalles acerca de su actividad como profesores de plástica, teatro y danza -respectivamente-.

Los tres coinciden en señalar que el arte les ayuda a los chicos a  -por ejemplo- explorar su capacidad creativa, forjar su propia identidad y  disfrutar del tiempo haciendo navegar su mente.

Cada uno de estos “orientadores” les ofrece a los pequeños las herramientas suficientes para quien quiera expresarse pueda hacerlo. Porque en definitiva esa es la tarea de un maestro, brindar herramientas.

No se sabe cuántos de estos niños serán artistas en el futuro -vaya uno a saber dónde está la verdadera pasión o habilidad de cada uno de ellos-, pero sí se pueden brindar herramientas para explorar un mundo de imaginación y juego.

Más allá de eso, lo importante es que estos niños ya están siendo estimulados y  demuestran interés y curiosidad por la expresión diferenciándose de muchos otros que no han tenido la oportunidad de explorar el terreno de las bellas artes, vinculadas íntimamente a los sentidos.

En una sociedad donde el dinero es sinónimo de status social, ¿qué lugar queda para la imaginación? En este mundo contemporáneo parece difícil elaborar espacios para poder crear.

La frágil idea de éxito está ligada al dinero y los adultos se preocupan por sus números, hacen cuentas, suman y restan…  ¿Para qué sirve el arte, entonces?

El trabajo de estos maestros mendocinos radica en sensibilizar y estimular nada más y nada menos que la imaginación de sus alumnos. Algo que los acompañará por siempre y marcará la diferencia en una sociedad cada día más materialista.

Conoce los dibujos de la infancia de Lucian Freud

Si un artista es un chico que no dejó de dibujar, Lucian Freud es la prueba viva. A tres días de «Mi primera muestra de arte«, les dejamos dos ejemplos de la potencia que pueden encerrar un chico, un papel en blanco y unos lápices de colores.

La National Portrait Gallery de Londres se encuentra actualmente exhibiendo los dibujos infantiles de uno de los pintores más controvertidos de nuestro tiempo: Lucian Freud. Esta muestra se abrió al público desde el pasado 13 de junio en la pinacoteca londinense.

Lucian Freud fue un pintor británico –muy cercano a Francis Bacon– importante dentro de la pintura figurativa de ese país. También es considerado uno de los artistas más destacados del arte posmoderno y la pintura contemporánea. Su trabajo se distingue por enfocarse en el retrato y traducir fielmente la carnalidad y las expresiones.

Conoce los dibujos de la infancia de Lucian Freud

Los bocetos infantiles de Freud forman parte de la exposición Lucian Freud Unseen, y fueron hechos por el artista cuando vivía en Alemania junto con su familia. En total, son 162 de estos dibujos infantilesEs necesario aclarar que la muestra también recopila elproceso artístico del artista desde su niñez hasta la década de los 90. Por lo tanto, la muestra es una especie de cronología pictórica y dibujística del artista.

Por si esto fuera poco, la exhibición también incluye trabajos inacabados –entre los que destacan algunos autorretratos–, corresponencias, 47 cuadernos de dibujo y, por si fuera poco, piezas inéditas. Una propuesta curatorial interesante que integra a los trabajos fallidos como parte de esta línea cronológica.

Lucian Freud Unseen es una especie de detrás de cámaras del artista, una exposición que nos invita a ver el trabajo detrás de uno de los más grandes pintores del siglo. Esta exhibición continuará vigente hasta el próximo 6 de septiembre.

Cámara, acción, luz

Experimentar con formas, colores, texturas, y hasta con luz. Leticia Paolantonio coordina Arte Andarín, y va a estar dirigiendo «Mi primera muestra de arte», que arranca este lunes en Espacio Enjambre. Acá, cuenta cómo hacer unas muy divertidas cajas de luz para jugar con objetos transparentes y opacos.

Me encanta hacer nuevos materiales para mi taller, probarlo con chicos de distintas edades, ver sus reacciones.

En este caso, para una sala de dos que está trabajando lo opaco, lo traslúcido y lo transparente, estuve investigando y armé unas cajas de luz, caseritas, para jugar a ver en la oscuridad, apoyando objetos y viendo como traslucen, qué pasa cuando se superponen. Es ideal para mirar gemas, objetos de plástico transparente como bases de botellas (las verdes), collares, objetos de mimbre, papel celofán, hojas de plantas y todo lo que se nos pueda ocurrir.

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También se puede dibujar con sombras, tirando un poco de arena encima y jugando a hacer líneas con el dedo. Lo mismo puede experimentarse con espuma de afeitar.

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Para armar la caja, la manera más simple que encontré es conseguir una que tenga tapa transparente (puede ser un contenedor plástico de esos grandes). Forrar por adentro con papel aluminio y poner adentro una luz de emergencia de leds. Esta opción, aunque no es la más barata, es la más segura porque no va conectada a electricidad.

Pruébenla ¡no van a poder parar!

Volver a ser niño: la magia del arte para jugar

«El arte para jugar nos invita a acercarnos al arte desde un lugar menos convencional, a abandonar sólo la mirada, a animarnos a jugar, a “poner el cuerpo” y dejarnos llevar; a volver, por un momento, a la infancia y aprestarnos al disfrute lúdico junto a los más pequeños.»  Por acá, les dejamos un texto de Natalia Encinas para el diario Los Andes acerca del arte lúdico y sus alcances.

Las formas de abordar la relación entre juego, infancia y arte son diversas. Nos interesa, aquí, acceder a un espacio quizás menos explorado denominado “arte lúdico”: instalaciones, piezas, que remiten a la experiencia del juego y con ello a la infancia, en tanto proponen la interacción del público –a través del cuerpo y su acción sobre, en o dentro de las mismas obras-, contacto a través del cual la obra adquiere su sentido pleno.

Se trata de una categoría cuyos antecedentes podemos reconocer en la obra de artistas que durante 1960 y 1970 recurrieron a algunas reglas o pautas lúdicas para la creación artística.

En la actualidad, el arte contemporáneo, de fronteras desdibujadas entre las distintas tradicionales y la apertura hacia nuevas concepciones de la obra de arte, permite el despliegue el “arte lúdico”, que tiene representantes en distintas partes del mundo. En Argentina, la artista plástica mendocina Silvia Bove es una de las precursoras en este tipo de obras y con sus exposiciones ha recorrido distintos museos del país. A ella se suman otras artistas locales que incursionan en la creación de obras de arte para jugar como Patricia “Pata” Luján Williams.

El arte para jugar nos invita a acercarnos al arte desde un lugar menos convencional, a abandonar sólo la mirada, a animarnos a jugar, a “poner el cuerpo” y dejarnos llevar; a volver, por un momento, a la infancia y aprestarnos al disfrute lúdico junto a los más pequeños.

Lo lúdico en el arte

El filósofo George Gadamer abordó en un uno de sus libros, dedicado al pensamiento estético, la relación entre arte, juego y fiesta. “El juego es una función elemental de la vida humana” afirmó contundente, señalando que es imposible pensar la cultura humana sin un componente lúdico. Gadamer entiende al juego como movimiento y advierte que siempre el jugar exige un “jugar-con”; del juego “se participa”, no meramente se contempla.

Así, señala que el arte es un juego en el que todos participamos, no hay una separación inicial entre la obra y quien la experimenta. El arte sería entonces “un proceso de construcción y reconstrucción continuas. La obra es producto del juego, deja siempre un espacio de juego que hay que rellenar”.

A partir de estas reflexiones sobre el elemento lúdico que formaría parte de todo proceso de creación artística, podemos pensar en algunos artistas que durante los ‘60 y ‘70 fueron “más allá” e incorporaron explícitamente algunas pautas lúdicas para la creación artística, proponiendo al público un rol activo, diferente al de la contemplación o mera expectación de la pieza. Adentrándose en instalaciones, tocando objetos estéticos que a partir de su acción cobran movimiento, ingresando y haciendo participar al cuerpo en piezas escultóricas, estas obras se constituyen en función de la interacción con su receptor. En dicho movimiento, en ese “participar” es que el sentido del juego, las referencias a lo lúdico, aparecen de forma explícita. La obra ya no está ahí para ser contemplada sino, fundamentalmente, para participar de ella. Aquí podemos rastrear la base del “arte lúdico” contemporáneo que, decididamente, remite e invita a lo lúdico en su sentido más literal y radical.

Silvia Bove, artística plástica mendocina que ha estudiado en profundidad el tema, nos ayuda a reconstruir la historia de los antecedentes de esta categoría. La “documenta” es una de las exposiciones de arte contemporáneo más importantes del mundo y en su edición número 5 de 1972 le otorgó un espacio trascendental al juego. Los Happenings (en los que la acción del público dirigida por el artista es central a la obra), el grupo Fluxus (cuyos integrantes se declararon contra el arte comercial y la separación entre artistas y espectadores y propusieron un arte “entretenido”), la obra “La Menesuda” de Marta Minujín y Rubén Santantonín (Instituto Di Tella, 1965), la Bienal de Venecia de 1970, el artista mendocino Marcelo Santángelo, las “obras penetrables” del artista Soto Jesús Rafael, el GRAV (Grupo de Investigación de Arte Visual) que integró Julio Le Parc en la década del ‘60 en Francia (grupo que propuso una experimentación óptica, cinética y táctil de los objetos), son algunos de los antecedentes que la artista le reconoce al “arte lúdico” actual.

Es interesante destacar las producciones de dos artistas mendocinos. Julio Le Parc, aunque sus creaciones hayan tenido lugar en el exterior, nos referiremos a una experiencia puntual: las “Sala de Juego” (Salle de Jeux) que el artista llevó a cabo desde la década del ‘60. Por esos años Le Parc creaba obras cinéticas –algunas con y otras sin motor- en base al principios de la participación física del espectador para generar movimientos. “Se trataba de juegos con elementos para manipular”, señala el artista al respecto en su página web.

No queremos dejar de detenernos, en este recorrido hacia el “arte lúdico” contemporáneo, en las experimentaciones de Marcelo Santángelo, quien aunque no nació en Mendoza, se desarrolló aquí como artista. Hacia 1964 Santángelo llevó a cabo una serie de pinturas de módulos intercambiables cuyo objetivo era también la participación activa y física del espectador en la construcción de la obra.

Estas experiencias estéticas rompen con la tendencia preponderante de la obra para ser contemplada, de algún modo la “desacralizan” y cambian radicalmente su estatus y el del público. A partir de allí, en múltiples expresiones, a través de diversos autores y propuestas, el arte nos invita frecuentemente a jugar con él.

Arte contemporáneo para jugar

«En la actualidad tienen lugar en distintas partes del mundo experiencias que proponen definitivamente un “arte lúdico”, que convocan a los espectadores –tanto niños como adultos- a jugar con las obras, sumergirse en ellas, tocarlas, moverse dentro de las mismas».

Se trata de piezas que además, generalmente, remiten desde lo formal, los colores y lo material, a lo lúdico. El artista brasileño Ernesto Neto es uno de los referentes internacionales en esta categoría. Él crea grandes esculturas con materiales blandos como telas, redes y cuerdas, construidas para que el público las experimente corporalmente. En febrero de este año el Museo Guggenheim Bilbao presentó la muestra Ernesto Neto: El cuerpo que me lleva, una retrospectiva dedicada a sus instalaciones de gran tamaño cuyas imágenes pueden verse –e incluso recorrerse virtualmente en internet.

Otra caso es el Martin Creed es un artista británico que ha realizado una serie de instalaciones con globos o pelotas dentro de un espacio físico propuesto para ser recorrido por el público. Las pelotas remiten al juego, al movimiento, otorgándole a las instalaciones un interesante sentido lúdico.

En tanto que la artista Nike Savvas también realiza impactantes instalaciones con pelotas suspendidas, creando con ellas propuestas artísticas que también recuperan el sentido del juego.

Aunque estas obras no se dirigen particularmente al público infantil, por su revalorización de lo lúdico podríamos decir que recuperan y remiten a la infancia a través de uno de sus aspectos característicos como es el juego.

Objetos artísticos lúdicos: la experiencia local

Silvia Bove es artista plástica e indaga desde la investigación las relaciones entre arte y juego, las que aborda también a través de la producción con su proyecto “Arte y juego: estimulación artística” en el que crea objetos lúdicos de estimulación artística para ver, tocar, crear y jugar.

Silvia es una apasionada de la temática, a la que ha dedicado muchas de sus energías y creatividad, convirtiéndose en una de las referentes del “arte lúdico” no sólo de la provincia sino también del país. La artista cuenta que llegó a estas piezas por diversos caminos: “A mí el arte me cambió la vida, me hace feliz, me divierte, me apasiona y esas sensaciones intento transferirlas al espectador, que sienta igual o más que yo. El medio que utilizo es el juego, que es universal a todos los seres humanos. Investigué para mis piezas con diversos materiales hasta dar con la tela y sus diversas posibilidades expresivas. Apelo a formas simples recurriendo a un modulo de repetición, el punto la línea y el plano como elemento geométrico de construcción artística, fabricando aros, cilindros formas blandas rellenas con diversos materiales, algunos más pesados como la lana, otros más livianos como el vellón, otros como micro esferas de telgopor. El espacio participa de la obra, ya que es una instalación artística donde el espectador trabaja distintas acciones tales como encastrar, enhebrar, tramar, tensionar, liberar el peso corporal, estar adentro o afuera del objeto, moverlo por el espacio, modificarlo individual o colectiva e ilimitadamente”, explica. Sus obras son de grandes dimensiones, ocupan el espacio horizontal y verticalmente, algunos objetos tienen ruedas, en otros la artista utiliza soportes rígidos, las piezas poseen diversas texturas, pesos, formas. Los colores son vibrantes, plenos, e invitan a las personas a zambullirse en ellos.

Silvia explica que sus obras lúdicas están pensadas para todo público, pero que son sobre todo los niños los más permeables a jugar: “Los chicos poseen las condiciones naturales para tomar contacto sin intermediarios, pero los objetos lúdicos están pensados para todas las edades, incluso los adultos, y aspiro en cada nueva construcción a que niños y adultos trabajen en simultaneidad y, de ser posible, colectivamente con otros que comparten el espacio. Lo que les pasa a los niños cuando se enfrentan a mis trabajos es algo maravilloso y a la vez natural, en muy pocas ocasiones media una explicación, simplemente se zambullen en el universo lúdico y construyen y de- construyen espacios, historias, momentos, y acciones que nunca se repiten. A los adultos les cuesta más tomar contacto con los elementos, hay que invitarlos a romper el espacio virtual, pero finalmente ellos en como los niños se involucran, logran interactuar y la relajación y el intercambio entre abuelos y nietos, padres e hijos, hermanos, amigos o familia en general se produce”.

Patricia Luján Williams es otra de las artistas locales que ha incursionado en esta categoría a través de un happening –que realizó en dos ocasiones y planea volver a llevar a cabo- al que denominó “Mansa Pata” y que tiene como principales destinatarios a los niños. “Esta exposición surgió de una muestra plástica para chicos que después se transformó en objetos y mundos tridimensionales. El formato de la exposición va a ir variando siempre ya que voy a seguir trabajando con intervenciones multidisciplinarias para los chicos. Algunas de las obras son: un mundo fluo con personajes, planetas y objetos para tocar, mover y hasta almohadones para jugar. Otra, son tachos intervenidos con imanes gigantes para que los chicos puedan armar sus propios cuadros/mundos usando los personajes de mis cuadros. La idea es siempre que haga un evento varíen los disparadores creativos, los objetos que motivan a los chicos a que creen”, detalla Patricia. Sus piezas también “estallan” de color y con materiales blandos y maleables también convocan a la experimentación.

En cuanto al lugar que ocupan este tipo de obras en el arte contemporáneo y en nuestro país en particular, Silvia Bove reflexiona: “Arte y juego como concepto de arte contemporáneo no es nuevo, pero sí poco explorado y es necesario la participación de muchos artistas para naturalizarlo. El concepto de arte lúdico en la actualidad integra diversas disciplinas y lenguajes estéticos, teatro, danza, objeto, literatura, música, entre otros. Pienso que en Argentina nos queda un largo camino por recorrer, muchos lo ven como peloteros artísticos, y eso me da a entender que se subestima al juego o se lo separa del arte. En otros lugares del mundo desde hace varios años existen espacios destinados exclusivamente al arte y al juego en museos, centros culturales, hoteles, plazas…”.

En todo caso, la invitación está hecha. El arte propone, ya no sólo a contemplarlo, sino jugar con él, volver a la infancia, revalorizar lo lúdico y animarnos a renovadas experiencias estéticas.

El arte es vital en el desarrollo de los niños

«Así como comer, dormir o caminar, el arte se vuelve en una parte esencial de la vida del niño. No solo porque se desarrolla de manera natural o innata desde que es muy pequeño, sino porque, a medida que va creciendo, lo sensibiliza y le permite desarrollar un criterio propio y conocer diferentes puntos de vista.» Karen Johana Sánchez escribe sobre arte e infancia y destaca la importancia de sus aspectos lúdicos. El texto completo, por acá.

Disfrazarse, cantar, bailar, pintar paredes son para un niño expresiones artísticas. Con ellas demuestra lo que siente, piensa y sueña.

Si quiere saber la forma de comprender el mundo por parte de un niño de dos o tres años, hay que ver los dibujos que hace. El dibujo es como una fotografía de lo que le está pasando en ese momento.

Con esta reflexión, Carlos Mauricio Galeano, coordinador del programa de primera infancia del Instituto Distrital de las Artes (Idartes), explica la importancia de la expresión artística en la primera infancia.

Así como comer, dormir o caminar, el arte se vuelve en una parte esencial de la vida del niño. No solo porque se desarrolla de manera natural o innata desde que es muy pequeño, sino porque, a medida que va creciendo, lo sensibiliza y le permite desarrollar un criterio propio y conocer diferentes puntos de vista.

“El arte es una de las expresiones naturales del bebé y el niño. Lo que los adultos entendemos como lenguaje artístico, es innato en ellos; pueden bailar, cantar, pintar, hacer una muestra que eventualmente es una imitación cercana al teatro. Es una posibilidad de expresión”, agrega Galeano.

Con esta van construyendo nuevos sentidos, prueban teorías y generan ciertas hipótesis de cómo ven y comprenden el mundo; también ayuda a la madurez del niño en sus diferentes etapas. “El arte facilita la interacción social y la optimización de algunas habilidades comunicativas, cognitivas y emocionales”, agrega Sandra Patricia Argel, asesora del programa de atención a la primera infancia de la dirección de artes del Ministerio de Cultura.

Otro punto importante es cómo se reconocen a sí mismos y, así, comienzan a comprender al otro. Según María Francisca Roldán, coordinadora del programa infantil y juvenil de formación artística de la Facultad de Artes de la Universidad Javeriana, “a través del arte el niño toma conciencia de emociones, sensaciones y conflictos interiores. (…) Genera una sensibilidad mediante la cual se abre al mundo y lo conoce; lo hace más sensible a los seres humanos que lo rodean. En la medida en que la realidad y el ser del otro nos afectan, somos más atentos a él, a sus necesidades y a sus problemas”.

También, añade, es un vehículo para el desarrollo de otras dimensiones como la atención, la concentración, la imaginación, las formas de pensamiento divergentes, la memoria, la motricidad fina y gruesa o la capacidad para mantener esfuerzos sostenidos en el tiempo.

Juego al natural

La principal recomendación para los padres es permitir que sus hijos se expresen libremente y jueguen. Cualquier iniciativa para descubrir su entorno, por más sencilla que parezca, es válida.

“Pueden ponerse la ropa de los grandes, pintarse, untarse con tierra, descubrir el rodadero (Y, por ende, que las cosas caen). Todo implica una teoría del mundo”, dice el vocero de Idartes.“¿Qué tal si, en lugar de prohibirles colorear la pared, hacemos una instalación con pliegos de papel para tener la posibilidad de construir y hacer cosas allí? Y que, si el niño quiere un perro con alas que vuele en las montañas, ¡qué bueno que pueda imaginarse un perro que pueda volar!”, afirma Sandra Argel.

El problema, agrega, es que cuando somos adultos, empezamos a querer ‘ser serios’ y siempre queremos esquematizar la situación: “Ya estamos pensando en que si baila, tiene que bailar bien; si canta, debe cantar bien. Y a veces los adultos le quitamos esa posibilidad del juego presente, de descubrir. La recomendación es que les permitan hacer sus propias construcciones. En el momento en el que el niño tenga la necesidad de ajustarse a condiciones sociales, sucederá, pero la primera infancia es la posibilidad de que ellos sean auténticos”.

Por otro lado, es importante que los padres busquen espacios que favorezcan el contacto de los niños con las diferentes expresiones artísticas. Leerles, llevarlos a ver obras de teatro, participar en talleres artísticos, etc.

Estas experiencias, dice Roldán, les permitirá desarrollar la percepción, estructurar el pensamiento, desarrollar su creatividad y estimular la fantasía e imaginación. Esto también favorece el fortalecimiento de vínculos afectivos y familiares, y la ampliación del conocimiento y entendimiento de otras culturas.

Ruedan las ruedas de todo lo que rueda

Leticia Paolantonio es coordinadora de los talleres de Arte Andarín, que va a estar organizando las actividades de «Mi primera muestra de arte«. Acá les dejamos lo que armó para el blog Emma y Rob, una propuesta para que los chicos se diviertan con el sonido y con el movimiento. 

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Acá no hay excusas. Rollos de cartón y cinta tenemos todos.

Con algo tan simple, podemos armar laberintos y toboganes para bolitas. Aunque cuesta bastante calibrarlos para que hagan el recorrido que uno quiere, cuando lo lográs tenés un juego para toda la familia (bebés abstenerse).

Pueden pegarlo sobre ventanas o muebles de cocina.

¿Variantes? Siempre. Prueben poner donde caen las bolitas una tapa de cacerola o algo metálico y le sumás sonido.

2015-08-26 10.37.21